Por Luis González Fabra
Si un ciudadano común de pocas luces y cliente del bono gas y el bono luz proclama al Presidente Medina “Benefactor de la Patria” no me causa ningún espanto, pero que lo haga el Ministro de Obras Públicas, empresario acaudalado y hombre de mundo, me llena de horror y de preocupación.
El título de Benefactor de la Patria le fue otorgado al Presidente Trujillo a tres años de su primera gestión de gobierno iniciada en 1930.
El Senado y la Cámara de diputados reunidos en Santiago de los Caballeros aprobaron un proyecto de ley en el que se otorgaba el ostentoso título al naciente dictador en “premio a sus patrióticos desvelos, y a la ingente tarea que había ejecutado en tan breve lapso en el gobierno”.
A seis años de gobierno el Presidente Medina escucha apacible y aparentemente complacido a Gonzalo Castillo, Ministro de Obras Públicas, otorgarle el título que el Congreso dio a Trujillo y que los dominicanos repudiamos por ser tan falso cuando se le dio al tirano como lo es ahora aplicado a Danilo Medina.
Benefactor es quien hace un bien o ayuda a otra persona de manera desinteresada usando sus propios recursos.
Trujillo jamás saco un centavo de su bolsillo para ayudar a alguien. A quienes ayudo Trujillo lo hizo con los dineros del erario, es decir de los fondos del tesoro público.
Y lo mismo que hizo Trujillo es lo que hace Medina. No toma nada de sus ahorros personales sino que cuando regala y reparte lo que esta regalado y repartiendo es dinero de los contribuyentes.
Lo mismo ocurre cuando el gobierno construye una escuela, una carretera o un puente para uso público, los está haciendo con el dinero que hemos pagado todos por la vía de impuestos.
En nuestro país los presidentes tienen la costumbre de publicitar las obras que se construyen en su gestión como si fuera una inversión personal la cual hay que agradecerles.
Alguien me dijo que felicitar o aplaudir al Presidente de la Republica o cualquier otro funcionario público por construir una obra con dinero del pueblo, es lo mismo que aplaudir los cajeros de retiro de los bancos cuando sacamos dinero de ellos.
No hay ninguna razón para llamar benefactor a ningún presidente del mundo, sea este de un país pequeño y atrasado como el nuestro o sea de un país grande y rico como Estados Unidos o Alemania.
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A Danilo Medina lo eligieron para administrar los recursos económicos del estado invirtiéndolos en el bien común que significa beneficiar a todos los ciudadanos.
La desigualdad social existente con más del cuarenta por ciento de la población viviendo por debajo de los límites de la pobreza cuando al mismo tiempo se alardea de un crecimiento económico sobre el seis por ciento, demuestra que la distribución de la riqueza del país no se aplica equilibradamente al bien común.
Y por esa falta de equidad en la distribución es que el 75 por ciento de los dominicanos dice estar dispuestos a irse del país si tiene la oportunidad de hacerlo.
Nuestro país no necesita a ningún “Benefactor” en el poder, lo que estamos deseando es que nos gobierne alguien capaz de administrar con justicia los bienes que nos pertenece a todos y lo haga con equidad, sin permitir el robo ni las malas prácticas para lucrarse indebidamente.