Por Luis González Fabra
Ahora que la deuda externa y la interna nos tienen al borde del precipicio financiero gracias al desorden y la ineficiencia del actual gobierno que toma préstamos y gasta dinero sin control, afloran los recuerdos históricos del primer préstamo concertado por nuestro país y sus consecuencias.
La oportunidad se presentó al finalizar la guerra de Restauración cuando el país quedo en franca bancarrota financiera y se deicidio buscar dinero prestado en fuentes privadas extranjeras.
Así comenzó el enredo con la a Casa Harmont, por un monto de cuatro ciento veinte mil libras esterlinas. Esto equivalía a más o menos dos millones de dólares.
El contrato de préstamo fue firmado en 1869 bajo el gobierno de Buenaventura Báez, un político amante del dinero, corrupto y entreguista. Nunca tuvo confianza en la viabilidad de nuestro país como Nación.
El Estado Dominicano se comprometió a pagar 58,900 libras esterlinas al año en dos pagos semestrales a un plazo de 25 años, así la deuda ascendió a 1 millón 472 500 libras esterlinas. El señor Harmont, el prestamista, tenía emisiones del gobierno al portador y podía colocarlas a su mejor parecer. Para comenzar, el prestamista aumento las comisiones y los intereses de manera exagerada alegando tener riesgos muy altos.
El Estado puso como garantía: hipotecas sobre activos del Estado y el control directo de las aduanas en los puertos de Santo Domingo y Puerto Plata. Garantía sobre la explotación de las minas de carbón y los bosques de la península de Samaná y garantía sobre la explotación y derechos de exportación de las reservas de guano de la isla Alto Velo
El gobierno dominicano solo recibió de Harmont 38 mil libras esterlinas, sin embargo este emitió bonos por encima de la suma total del préstamo resultando así estafado el gobierno.
El contrato de préstamo fue anulado por el gobierno el 20 de junio de 1870 pero Harmont siguió emitiendo bonos que se incorporaron a la deuda dominicana.
A pesar de la “anulación Harmont“maniobro y hasta intento vender el contrato al Presidente de Estados Unidos Ulises Grant para que este anexara el país fundamentado en una cláusula del contrato que establecía que si por cualquier causa el Estado Dominicano era insolvente a los tenedores de títulos británicos podría provocar una toma total o parcial o definitiva del territorio dominicano.
El empréstito fue manejado de tal forma por Harmont que se convirtió en una acreencia de la firma holandesa Westerndorp que se encargó de la deuda y término pasándosela a los Estados Unidos mediante una empresa bajo el nombre de Santo Domingo Improvement.
El gobierno de Lilis heredo la deuda pero no pudo hacer frente a los pagos porque estaba prácticamente quebrado. Sin dinero. En ese lapso ajusticiaron a Lilis en Moca y entonces la presión cayó sobre Ramón Cáceres que tampoco estaba en condiciones de pagar cuatro millones 400 mil dólares que era la suma a la que ascendía la deuda
Y como no podíamos pagar los Estados Unidos en 1916 decidieron invadirnos militarmente. Tomaron las aduanas e instauraron un régimen militar. Al terminar la intervención en 1924 ya se habían cobrado la deuda pero también habían encubado al monstruo: Trujillo.
¿Corremos el riesgo de que se repita la historia? Pienso que no. O quien sabe. Después de ver a Trump todo es posible.