Por Franklin Rosa
La noticia de que el país ha establecido relaciones diplomáticas con la República Popular de China y ha roto sus relaciones con la República de Taiwán ha sorprendido a todo el país, ya que estábamos acostumbrado a los chinos de Bonao, pues 77 años de relaciones diplomáticas y de cooperación agropecuaria de los chinos de Taiwán que fundaron y desarrollaron la famosa Estación Experimental de Juma, Bonao, que crearon una generación de variedades de arroz muy productivas que transformaron el sector arrocero del país.
Ahora llegan los chinos de Mao, no lo de Mao, Valverde, sino los chinos de Mao Zedong, el gran líder que condujo al Partido Comunista de china en la gran marcha y luego a la gran victoria contra Chaing kai Shek en el año 1949.
La transformación china de un país pobre, destruido durante la Segunda Guerra Mundial por el imperio japonés y luego por la guerra civil entre los dos grandes partidos que dominaban la nación china, el Partido Comunista de Mao Zedong y el Partido Nacionalista de Chaing Kai Shek, se puede considerar como la octava maravilla del mundo al contemplarse el desarrollo espectacular de sus ciudades, sus infraestructuras, la ciencia, la cultura y el haber sacado de la pobreza a mas de 700 millones de chino.
Hay que reconocer y darle el crédito merecido al Socialismo con características china que ha logrado desatar las capacidades de sus fuerzas productivas logrando un modo de producción entre el Estado y el pueblo chino que han logrado una sociedad modestamente cómoda.
El desarrollo chino en los últimos dos décadas se puede considerar como un ejemplo histórico sin comparación al mantener crecimiento del PIB por más del 10% durante 3 lustros y lograr colocarse como la primera potencia económica del mundo y ser la prestamista número uno del imperio norteamericano.
Esta transformación del 20% de la humanidad, es decir de 1,375,000,000 millones de chino se ha logrado sin intervenciones militares ni políticas de otros estados, sin la barbarie ni el genocidio de los bombardeos a países y pueblos y sin la expropiación de los recursos naturales de otros pueblos.
Muchos paradigmas han caído y el neoliberalismo que pregona contra la función del Estado en la economía, la propiedad estatal y la centralización y planificación de economía ha quedado como una ideología obsoleta que todavía anda apoyando el capitalismo salvaje de las multinacionales y corporaciones que expolian países y naciones.
China ha demostrado que el socialismo es el único camino posible para la humanidad y ha salido en defensa de los tratados que luchan en contra del cambio climático y está liderando la política de la globalización con un intercambio justo y favorable para el desarrollo de los pueblos.
Bienvenidos los chinos socialistas y comunistas de Mao Zedong.