Luis González Fabra
El Presidente Danilo Medina en la búsqueda de oxígeno para su gobierno asfixiado por una creciente deuda externa y una situación interna cada día peor y complicada por la corrupción administrativa, la inseguridad ciudadana y la violencia en múltiples sentidos, se lanzó en brazos de la China Continental rompiendo relaciones con Taiwan.
Hacia China enfilo su intención de buscar recursos frescos e inversiones nuevas capaces de generar empleos, aumentar las exportaciones y así aligerar la carga financiera y económica del gobierno que anda dando tumbos con un presupuesto deficitario antes de promulgarlo como ley de gastos públicos.
Medina y su gobierno andan pescando en la segunda economía del mundo con una sólida base manufacturera y exportadora que le otorga liderazgo mundial en esa área.
Con sus mil 300 millones de habitantes de los cuales 135 millones salen cada año de su país en viajes turísticos hacia destinos de su interés, la ilusión de atraer a una parte de esos millones de chinos a nuestras playas y ciudades, tiene cabida en la mente de la jerarquía oficial.
Y como al fin y al cabo China es el segundo suplidor de las importaciones de nuestro país y somos su segundo social comercial en el Caribe y Centroamérica, sin tener relaciones diplomáticas, ahora que las tenemos es de esperarse que el intercambio comercial deficitario para nosotros que ronda los dos mil millones de dólares, cambiara a nuestro favor. Se espera que muchos de nuestros productos agrícolas pasen a ser consumidos por los chinos, a pesar del costo del transporte hacia una Nación que está al otro lado del mundo.
Medina traerá de su viaje a China quince o dieciséis protocolos firmados por funcionarios dominicanos y sus iguales chinos. Solo al regresar y si el gobierno ejerce la transparencia sabremos realmente que es lo acordado y como se pondrán en práctica esos acuerdos.
De lo poco que se conoce es que los chinos quieren construir un ferrocarril, es decir un tren que viajaría de Haina a Santiago de los Caballeros.
Falta saber cuáles son los términos de contratación de ese tren. Sera sometido a concurso o será algo parecido a Punta Catalina que todavía no sabemos cuánto exactamente nos costara esa aventura complaciente del Presidente Medina con su amigo, ahora preso, Ignacio Lula Da Silva, ex presidente de Brasil con fuertes lazos con la empresa Orderbreth.
Al parecer también hay interés en instalar zonas francas manufactureras en la línea noroeste para sacar provecho al puerto de Manzanillo que Medina le quito de las manos al grupo de zonafranqueros de Santiago que tiene como cabeza visible a Miki Lama, Director Ejecutivo de la Corporación de Zona Franca.
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Hay, eso sí, empresas chinas representadas por dominicanos trabajando y negociando en la línea noroeste proyectos de inversión que tienen que ver con producción agrícola, fabricación de cigarros y otros productos de exportación.
También se sabe que el gobierno chino hizo saber al dominicano que en sus empresas de zona franca una parte importante del personal obrero será traído de su país. No conozco la reacción del gobierno de Medina.
De todos modos no me parece que a Medina esto de los obreros chinos le importe. Su política migratoria frente a los haitianos ilegales ha sido muy generosa y no preveo que la cambie frente a sus nuevos socios.
La minería es de interés para los chinos. Ya tienen una empresa instalada aquí haciendo excavaciones. No sabemos cuántas más vendrán tras nuestras riquezas mineras.
Nada en la vida es gratis y a los chinos habrá que hacerle concesiones. Cuáles y cuantas, dónde y cómo?. Hay que presionar al gobierno para que dé a la publicidad el contenido de los acuerdos y que explique con claridad los detalles que muchas veces se esconden en el lenguaraje diplomático.
Y como Medina en las pasadas elecciones consiguió “su Congreso” y le ha ido bien. Ahora consiguió “sus chinos_” y ojala que también le vaya bien. Quién Sabe?
Es preciso puntualizar que, incluso en ausencia de relaciones diplomáticas, el comercio bilateral entre nuestras dos naciones ha crecido año tras año hasta el punto que hoy China es el segundo suplidor de nuestras importaciones.
Con un intercambio comercial anual que ronda los $2,000 millones de dólares, nuestro país es el segundo socio comercial para China de la zona caribeña y Centroamérica.
Por supuesto, entendemos que ahora que pasamos a establecer relaciones diplomáticas, el potencial de crecimiento de nuestros lazos comerciales es inmenso.
La formalización de nuestras relaciones también es un reconocimiento a la comunidad chino-dominicana, que ha tenido una larga trayectoria participando en todas las actividades económicas, sociales y culturales de nuestro país. Entendemos que esta comunidad es un enlace natural para esta nueva etapa entre las dos naciones.
Estamos, efectivamente, entrando en una nueva etapa en materia de política exterior. En los siguientes meses y años se abrirán paulatinamente enormes oportunidades de cooperación, no solo en el terreno comercial, sino también financiero, tecnológico, turístico, educativo o energético.
Por poner un solo ejemplo, más de 135 millones de turistas chinos visitan anualmente destinos internacionales. El establecimiento de estas relaciones diplomáticas permitirá que parte de ese turismo fluya hacia nuestro país en un futuro próximo. Y esa es tan solo una de las cosas que van a mejorar.
Como parte ineludible de este acuerdo el Gobierno de la República Dominicana reconoce que existe una sola China en el mundo y Taiwán forma parte inalienable del territorio chino.