Kyle, un fanático del deporte y firme seguidor de los New Orleans Saints, un equipo de fútbol americano, no soportó la derrota ante Minnesota Vikings. Su furia lo llevó más allá de cambiar el canal y dejar de ver el partido. El hombre, descontrolado por la rabia, lanzó su televisor de 65 pulgadas, por el balcón de su apartamento.